Los isópteros o termitas son insectos terrestres, alados o ápteros, que viven en sociedades polimórficas constituidas por individuos de diferentes castas.

Estos insectos se denominan vulgarmente “hormigas blancas”, dado que presentan cierto parecido no sólo morfológico sino también en las costumbres (vida social) con las verdaderas hormigas. En algunos lugares son conocidos por el nombre de “comejones”. Sin embargo, existen numerosas características morfológicas muy claras (aparte del color y del ciclo de desarrollo, heterometábolo en las primeras y holometábolo en las otras), que permiten distinguir ambos grupos sin dificultad. Por ejemplo, en los termes, entre tórax y abdomen no existe el estrechamiento llamado pecíolo, presente en las hormigas, que tiene, además, las alas anteriores más anchas y con más nervaduras que las posteriores.
Las referencias más antiguas a los termes se encuentran en las leyendas hindúes y en los escritos de los egipcios, griegos y romanos (entre estos últimos los de Plinio).
 
Los primeros estudios científicos se realizaron en la segunda mitad del siglo XVIII, pero fue en la segunda mitad del siglo XIX cuando apareció un cuadro general de las sociedades de termes.

Las sociedades de termes están formadas por individuos de diversa constitución morfológica, además de un comportamiento especializado, y, por lo tanto, es necesario describir separadamente la morfología de las principales castas: reproductores primarios, reproductores secundarios, soldados y obreros

Los machos y las hembras fértiles constituyen la casta de los reproductores primarios. Cuando se aparean y fundan una nueva colonia se convierten en el “rey” y la “reina” y son los procreadores de todos los miembros de la sociedad.

Los reproductores suplementarios son individuos que sufren una diferenciación a partir de las fases ninfales y presentan características preimaginables distintas según el estadio postembrionario del que se derivan; así, se pueden distinguir entre suplementarios ninfoideos (con alas cortas que parecen esbozos alares) y adultoideos (similares a los reproductores primarios). Ambos tipos tienen las gónadas maduras.


Los reproductores suplementarios aparecen con más frecuencia en las especies de isópteros más primitivas y se desarrollan cuando la colonia se queda huérfana, por la muerte del rey y de la reina, o uno de los dos.

En el primer caso aparecen reproductores suplementarios (en número variable desde uno hasta algunos centenares) de ambos sexos, mientras que en el segundo, se forman sólo los correspondientes al género que falta.

En casos especiales pueden coexistir con los reproductores primarios en las zonas periféricas de los nidos de grandes dimensiones.
Los obreros son individuos estériles de ambos sexos (a veces, en algunas especies, de un solo sexo -o todos machos o todas hembras-), ápteros (sin alas), con tegumentos no pigmentados y muy poco esclerosados y, en ocasiones, privados de ojos y de ocelos. La casta obrera, que se puede dividir en varias subcastas, está formada por individuos encargados de realizar todos los trabajos necesarios para la vida de la comunidad (construcción del nido, búsqueda del alimento, cuidado de las crías, etc.).

Los soldados son individuos estériles de uno u otro sexo, como los obreros, pero se distinguen de ellos por algunas vistosas características de la parte anterior del cuerpo, sobre todo por el gran desarrollo de la cabeza, de color parda y provista de enormes mandíbulas.

La función de los soldados en la comunidad es aún objeto de discusión. Sin embargo, es evidente que una de sus principales funciones consiste en la defensa del termitero, como puede comprobarse cuando éste resulta parcialmente dañado.

El procedimiento para combatir una plaga de termes que haya invadido un edificio, es difícil y siempre costoso para sanearlo de todos estos insectos.


Debe efectuarse una buena inspección para comprobar la intensidad del ataque y el estado del maderamen. Después de seguir una serie de requisitos indispensables, principalmente de examen y señalización, se traza el plan a seguir para el saneamiento de la edificación.

Es difícil dar una norma generalizada. Cada caso requiere una línea a seguir, dado que existen muchos problemas y diferencias en los tratamientos tanto del suelo como de la madera, según la construcción.

La lucha, simple a veces, exige en la mayoría de los casos la intervención de especialistas experimentados, ya que cualquier intervención inadecuada agrava la intensidad del ataque.




         - Un tratamiento externo de las partes atacadas es ineficaz.



         -La destrucción de la reina lo es igualmente ya que los individuos jóvenes pueden acceder a la reproducción convirtiéndose en sexuados de sustitución.


     -Una simple zanja realizada en la calle para realizar una acometida de agua, puede ser el desencadenante de infinidad de nuevos termiteros satélite dentro de la edificación.





  - Basta con una población de 50 ó más individuos que queden aislados de la colonia y con suficiente alimento, para que en un corto período de tiempo, puedan aparecer neotécnicos y formar un nuevo termitero, totalmente independiente del que inicialmente infectó la zona




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